
De la Teoría a la Práctica: Entendiendo los Colores y sus Mezclas
Antes de adentrarnos en el estudio de los colores y sus combinaciones, es fundamental comprender algunas consideraciones clave. La teoría del color es un concepto, pero la práctica de la pintura es un mundo completamente diferente.
No pintamos con luz ni solo con pigmentos, sino con pintura, una mezcla de pigmentos y aglutinantes cuya composición varía según el fabricante. Por ello, no trabajamos con «rojo» en abstracto, sino con la pintura roja específica que tenemos en nuestra paleta. Cada marca puede ofrecer diferentes calidades de pintura, variando en la concentración de pigmento y en el tipo de aglutinante. Al cambiar de marca, también cambia la respuesta de la pintura: algunas tienen mayor poder de tinción, son más brillantes o reaccionan de manera distinta al mezclarlas, por ejemplo, con blanco.
Mezcla de colores en la práctica
Debido a estas variaciones, la mezcla de colores en pintura al óleo debe hacerse por aproximación, a menos que estemos profundamente familiarizados con nuestros materiales.
Por ejemplo, si queremos obtener un tono naranja compuesto por un 70% de amarillo y un 30% de rojo, lo recomendable es mezclar inicialmente el 70% de amarillo con un 20% de rojo e ir agregando el 10% restante de forma gradual. Así, podemos controlar la evolución de la mezcla hasta alcanzar el color deseado.
El blanco y el negro en la paleta
Un aspecto importante es el papel de los llamados «no colores»: el blanco y el negro. Para un pintor, ambos actúan en la mezcla como cualquier otro color, aportando sus características específicas. El blanco aclara y opaca los tonos, mientras que el negro puede oscurecer o alterar la viveza de los colores con los que se combina.
Teniendo en cuenta estos principios, ya podemos adentrarnos en el fascinante mundo de la mezcla de colores con mayor seguridad y precisión. ¡Es hora de empezar a experimentar!

