Bushcraft siglo XXI

Bushcraft Siglo XXI: ¿Aventura o Locura en la Era Tecnológica?

Imagina adentrarte en un bosque con solo un puñado de objetos: un cuchillo, un zurrón de cuero, un pote para hervir agua, un pedernal, una manta raída y una vara de madera como bastón. Así era el bushcraft “puro” hace décadas, cuando aventureros cruzaban España de norte a sur sin GPS, sin tejidos ultraligeros y sin preocuparse por la batería de su móvil. Las botas se impermeabilizaban con grasa animal —da igual si era de caballo o de cerdo—, la linterna era la luna, y el botiquín… bueno, el botiquín era la esperanza de no tropezar.

Hoy, en pleno 2025, esta imagen parece sacada de un manual de otra época. ¿Cómo practicar bushcraft en un mundo dominado por la tecnología? ¿Es posible —o incluso sensato— renunciar a las comodidades del siglo XXI para reconectar con lo esencial?

El Equipo de Ayer vs. El Dilema de Hoy

El bushcraft tradicional se basaba en simplicidad y autosuficiencia:

  • Materiales básicos: Un cuchillo afilado, una cuerda de cáñamo, una eslinga para cazar y un pedernal para hacer chispas.
  • Calzado rústico: Botas de cuero engrasadas con lo que hubiera a mano (sí, hasta tocino rancio servía).
  • Nada de baterías: La luz era el fuego; la navegación, el sol y las estrellas.

Pero hoy, ¿quién se atreve a salir sin su teléfono cargado al 100%, una power bank, una linterna LED o un botiquín con apósitos hemostáticos? La tecnología nos ha convertido en viajeros más seguros, pero también más dependientes. ¿Dónde queda entonces la esencia del bushcraft: esa danza entre el ser humano y la naturaleza sin intermediarios?

El Debate: ¿Romanticismo o Temeridad?

Algunos puristas insisten: “El bushcraft auténtico exige prescindir de lo moderno”. Pero otros replican: “¿Por qué arriesgarse si tenemos herramientas que salvan vidas?”. La realidad es que estamos atrapados en una paradoja:

  • A favor de la tecnología: Un GPS puede evitar que te pierdas en una tormenta; un botiquín básico detiene una infección; una linterna evita caídas nocturnas.
  • En contra: La sobrecarga de gadgets nos aleja de la habilidad de improvisar. ¿Sabrías encender fuego sin un mechero? ¿O orientarte sin una app?

Bushcraft 2025: ¿Un Nuevo Equilibrio?

Quizás la respuesta no esté en elegir entre todo o nada, sino en redefinir el bushcraft como un arte adaptable. Hoy podemos:

  1. Usar tecnología con mesura: Llevar un móvil para emergencias, pero apagarlo hasta necesitarlo.
  2. Recuperar técnicas ancestrales: Aprender a tallar yesca, identificar plantas comestibles o construir refugios sin nylon.
  3. Mezclar materiales: Botas modernas waterproof sí, pero combinadas con fuegos de trinchera o hornillos de parafina hechos con latas recicladas.

La clave está en no dejar que los dispositivos nos roben la capacidad de observar, escuchar y resolver con lo que la naturaleza ofrece. Al fin y al cabo, el bushcraft nunca fue sobre los objetos, sino sobre la conexión con el entorno.

Conclusión: ¿Locura o Evolución?

Adentrarse en el bosque sin tecnología hoy puede parecer una temeridad… pero también un acto de rebeldía poética. Tal vez el bushcraft del siglo XXI no consista en rechazar lo nuevo, sino en saber cuándo usar un pedernal y cuándo un teléfono satelital. Después de todo, los antiguos exploradores no tenían opción; nosotros sí. Y en esa elección, entre la grasa de cerdo y la fibra de carbono, reside la verdadera aventura.

¿Te atreverías a intentarlo? O mejor aún: ¿dónde trazarías  la línea? 🌲🔥

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