
La elección de la leña adecuada es esencial para una combustión eficiente y segura en chimeneas y estufas. A continuación, se presentan los tipos de leña más comunes, sus características y usos recomendados:
Leñas Duras
Las leñas duras arden lentamente, generando calor intenso y brasas duraderas, lo que las hace ideales para calefacción y cocina.
- Roble: Ofrece un calor intenso y una combustión prolongada. Es ideal para chimeneas y estufas debido a su alta densidad y bajo contenido de resina.
- Haya: Produce una llama clara y brasas duraderas. Es adecuada para calefacción y cocina, aunque puede ser más difícil de encender.
- Fresno: Genera buenas brasas y arde lentamente, siendo adecuado para calefacción.
- Olivo: Ofrece brasas duraderas y un calor intenso. Es ideal para chimeneas abiertas debido a su capacidad para producir una llama viva y una combustión eficiente.
Leñas Blandas
Las leñas blandas arden rápidamente, produciendo llamas vivas pero con brasas menos duraderas. Son ideales para encender fuegos o para uso ocasional.
- Pino: Se enciende rápidamente y produce una llama brillante. Sin embargo, debido a su contenido en resina, puede producir chispas y hollín.
- Abeto: Similar al pino, se utiliza a menudo para encender fuegos. Su combustión es rápida y proporciona una llama luminosa.
- Cedro: Se quema rápidamente y emite un aroma agradable, lo que lo hace idóneo para chimeneas y fogatas recreativas.
Leñas Resinosas
Las leñas resinosas, como el pino y el abeto, arden con una llama viva pero son menos duraderas y pueden producir más humo. Sus ramas, de madera dura, son un combustible mejor que su tronco, de madera más tierna.
Consideraciones Adicionales
- Humedad de la Leña: Es crucial utilizar leña seca, con un contenido de humedad inferior al 20%, para una combustión eficiente y menos emisiones de humo.
- Almacenamiento: La leña debe almacenarse en un lugar seco y ventilado para mantener su eficacia.

