
La pimienta que hundió un barco (y otras 5 catástrofes especiadas)
Cuando el afán por condimentos desató el caos en alta mar y más allá
1. EL NAUFRAGIO DEL GALEÃO DE PIMENTA (1592)
Estrecho de Malaca, medianoche. El galeón portugués Santo António navegaba sobrecargado con 60 toneladas de pimienta negra de Sumatra (suficiente para comprar un palacio en Lisboa).
¿Qué salió mal?
- Los marineros, paranoicos por los piratas, escondieron sacos en la sentina (el fondo del barco).
- La pimienta absorbió humedad y se expandió como cemento.
- El peso extra inclinó la nave y una ola la volteó.
Ironía: Los únicos sobrevivientes fueron 3 marineros que flotaron agarrados a sacos de pimienta. Cuando los rescataron, estornudaron durante 3 días.
2. LA EXPLOSIÓN DE LA BODEGA DE CANELA (CONSTANTINOPLA, 1203)
Durante la Cuarta Cruzada, mercaderes venecianos almacenaban canela de Ceilán en un depósito cerca del puerto.
El desastre:
- Un esclavo usó una antorcha para revisar sacos (la canela es inflamable como la pólvora).
- La explosión voló las ventanas a 3 km de distancia.
- Medio barrio olía a pastel de manzana durante un mes.
Consecuencia: Los bizantinos empezaron a llamar a los venecianos «los bomberos del infierno».
3. LA GUERRA DEL AZAFRÁN FALSO (TOLEDO, 1385)
Un fraude masivo con azafrán adulterado con caléndula desató:
- Linchamientos de mercaderes en plaza pública.
- Una turba quemó el archivo municipal (para destruir contratos).
- El rey Juan I de Castilla prohibió el color amarillo en ropas por un año («Para que los tramposos no escondan pruebas»).
Victima colateral: Un mono vestido de bufón fue acusado de ser el cerebro del fraude y ejecutado.
4. EL MOTÍN DEL BARCO DE CLAVO (MOLUCAS, 1770)
El HMS Endeavour transportaba clavo de olor cuando:
- La tripulación se obsesionó con el aroma (creían que prevenía el escorbuto).
- Robaron sacos para hacerse «amuletos» en sus camastros.
- Cuando el capitán los descubrió, se amotinaron y arrojaron la carga al mar.
Resultado: El barco regresó a Londres vacío… pero todos olían como un pastel de Navidad.
5. LA INUNDACIÓN DE JENGIBRE (LONDRES, 1666)
Tras el Gran Incendio, un almacén de jengibre en el Támesis absorbió agua de las bombas contra incendios.
- 500 sacos se hincharon y reventaron las paredes.
- Una ola de jengibre fermentado inundó las calles.
- Los pobres lo recogieron para hacer cerveza picante (que causó una semana de borracheras violentas).
El alcalde ordenó enterrarlo todo… pero hoy, en excavaciones, aún encuentran raíces intactas.
6. LA TORMENTA DE NUEZ MOSCADA (ISLAS BANDA, 1705)
Los holandeses guardaban años de cosecha en un almacén fortificado.
Entonces llegó un tifón:
- Los sacos se abrieron como piñatas.
- El viento creó un tornado aromático que envolvió la isla.
- Los pájaros caían aturdidos por el olor.
- Los soldados reportaron alucinaciones de gigantes especiados.
Daño colateral: La especia se incrustó en el suelo. Hoy, los cultivos de Banda aún huelen a nuez moscada.
MORALEJA FINAL
«La historia humana se escribe con sangre… pero se sazona con especias.»
