Helheim El Inframundo Nórdico

Helheim es el reino de los muertos en la mitología nórdica, gobernado por la diosa Hel. Se encuentra en las profundidades de Niflheim, la tierra de la niebla y el frío eterno. A diferencia de los reinos gloriosos de los caídos en batalla, como el Valhalla de Odín o el Fólkvangr de Freyja, Helheim es el destino de aquellos que mueren de enfermedad, vejez o sin honor en combate.

Origen y Descripción de Helheim

Helheim se encuentra en lo más profundo del cosmos nórdico, conectado a los otros mundos a través del río Gjöll, sobre el cual se alza el puente Gjallarbrú. Esta estructura es custodiada por Móðguðr, una guardiana que permite el paso solo a aquellos destinados a Helheim.

Se dice que Helheim es un lugar sombrío y frío, donde los muertos vagan sin propósito. Las descripciones varían, pero en general, se considera un reino oscuro, cubierto de niebla y hielo, donde las almas esperan el fin de los tiempos.

La Diosa Hel

Hel, la regente de Helheim, es hija de Loki y la giganta Angrboda. Se la describe con un aspecto dual: la mitad de su cuerpo es hermosa y la otra mitad es cadavérica. Es una de las entidades más enigmáticas de la mitología nórdica, ya que su papel no es solo el de una guardiana de los muertos, sino también el de una figura de juicio.

Hel es implacable y no permite que ningún alma abandone su reino sin la debida autorización. Según la mitología, cuando Balder, el hijo de Odín, murió, los dioses intentaron rescatarlo de Helheim, pero Hel solo accedió con la condición de que todas las criaturas del mundo lloraran por él. Como Loki evitó que esto ocurriera, Balder quedó atrapado en Helheim hasta el Ragnarök.

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