Érase una vez… Jean-Louis Forain: El Pintor de París

Érase una vez… Jean-Louis Forain

En un rincón de París, donde las calles empedradas susurraban secretos bajo la luz de los faroles, nació un niño con los ojos llenos de curiosidad y las manos inquietas por capturar el mundo. Jean-Louis Forain vino al mundo en 1852, cuando la ciudad aún vibraba entre el esplendor del arte y el murmullo de la revolución. Nadie imaginaba entonces que aquel muchacho flaco, de mirada intensa, se convertiría en el pintor de las sombras y las luces de la sociedad.

El niño que soñaba con colores

Desde pequeño, Jean-Louis tenía un don peculiar. Mientras otros niños corrían por los callejones persiguiendo sueños efímeros, él se quedaba quieto, observando. Miraba a los vendedores ambulantes regatear con las damas vestidas de encaje, a los caballos relinchando bajo el peso de los carruajes y a los caballeros que, con el sombrero ladeado, ocultaban secretos tras sus bigotes bien peinados. Lo veía todo, y todo lo guardaba en su mente como un tesoro.

Su madre, que entendía el fuego que ardía en su interior, le dio papel y carbón. Y así, mientras otros niños trazaban sus primeras letras, Jean-Louis dibujaba rostros, escenas, gestos fugaces atrapados en el instante. Su padre, sin embargo, no veía con buenos ojos aquel pasatiempo. «La pintura es para soñadores, y los soñadores mueren de hambre», decía. Pero el joven Forain tenía un espíritu indomable. Su destino estaba escrito en el polvo de París y en la tinta de los periódicos que tanto le fascinaban.

Puedes descargar la versión amoliada en PDF

PDFDESCARGAS
Érase una vez… Jean-Louis ForainDESCARGAR

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *