El Lamento de Freyja: Amor y Muerte en la Mitología Nórdica

El Lamento de Freyja: Amor y Muerte en la Mitología Nórdica

Era un tiempo en que los dioses caminaban con los hombres, y las fronteras entre los mundos se desvanecían como la niebla del alba. Freyja, diosa de la belleza, el amor y la magia, llevaba en su pecho un corazón lleno de secretos antiguos, y en sus manos, el collar de los días, el Brisingamen, cuyo brillo podría eclipsar al sol mismo.

Sin embargo, Freyja no era ajena a la tristeza. El amor que ella otorgaba era eterno, pero el amor también tiene su sombra. Cuando Odr, su amado, desapareció sin dejar rastro, el alma de Freyja se desmembró. La diosa no lloró, sino que cantó. Su llanto era un canto a la tierra, a las estrellas, y a todos los seres que alguna vez amaron y perdieron.

En su desesperación, Freyja descendió a Helheim, el reino de la muerte, donde las sombras tejían sus historias. Hel, la diosa de los muertos, la observó con una sonrisa que congeló los vientos del norte.

¿Qué haces aquí, Freyja? —preguntó la reina del inframundo.

Busco a Odr, respondió Freyja, su voz teñida de tristeza. ¿Por qué la muerte me ha robado lo que más amaba?

Hel observó a la diosa con una mirada profunda, llena de los secretos que solo los muertos comprenden.

El amor y la muerte son inseparables. Ambos pertenecen al mismo ciclo, el mismo tejido de la existencia. Ni tú ni él pueden escapar de él.**

Freyja lloró entonces, no con lágrimas, sino con el alma misma. Su dolor resonó a través de los valles, y las valquirias, sus sirvientes, sintieron su sufrimiento en lo más profundo de su ser.

Desde aquel día, el Brisingamen brilló más intensamente, pero en sus destellos se vio el eco de la tristeza de una diosa que, a pesar de su poder y belleza, había perdido lo que más amaba. Y en cada rincón de Midgard, sus lágrimas de amor caían como lluvia sobre la tierra, trayendo fertilidad, pero también recordando a todos que el amor es un fuego que arde tanto en la vida como en la muerte.

Puedes descargar la version en PDF: DESCARGAR

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *