La larga noche de Skadi Diosa del Invierno

La larga noche de Skadi Diosa del Invierno

Skadi, la diosa de la caza, de las montañas nevadas y del invierno

Skadi, la diosa de la caza, de las montañas nevadas y del invierno, es una de las figuras más enigmáticas de la mitología nórdica. Hija de Thiassi, un gigante de Jotunheim, Skadi creció entre las frías montañas y los vientos helados, convirtiéndose en una hábil cazadora. Su conexión con la naturaleza y los elementos era profunda, pero su destino cambiaría cuando los dioses de Asgard la invitaron a formar parte de su mundo.

La historia de Skadi comenzó con la muerte de su padre. Cuando Thiassi fue asesinado por los dioses en un enfrentamiento por el robo de la manzana dorada de Idunn, Skadi buscó venganza. Armándose con sus flechas y su arco, se dirigió a Asgard, decidida a exigir justicia. Sin embargo, en lugar de enfrentarse directamente a los dioses, los astutos de Asgard le ofrecieron un trato que cambiaría su vida para siempre.

Los dioses le propusieron que eligiera a un esposo de entre ellos, pero con una condición: debía hacerlo bajo una condición ciega, sin saber qué dios era el que había elegido. Skadi aceptó, y el azar la unió con Njord, el dios del mar, cuyo hogar era completamente diferente al de ella, lleno de calor y sol, en contraste con la gélida tierra de los montes y las nieblas que Skadi conocía.

Skadi, aunque desencantada con su nueva vida junto a Njord, aceptó su destino, pero lo que realmente definió su historia fue su amor por la caza. El invierno, al igual que su espíritu indomable, era parte de su ser. En las largas noches del norte, Skadi recorría las montañas, cazando bestias y cabalgando a través de los cielos cubiertos de nieve. El invierno era su reinado, y, en la soledad de las nevadas montañas, Skadi se convirtió en la señora de la fría oscuridad.

Sin embargo, su relación con Njord nunca fue fácil. Él, dios del mar, deseaba regresar a su hogar junto a las olas y la brisa salina, mientras que Skadi solo sentía el llamado de las montañas cubiertas de nieve. Así, su unión fue una de las más trágicas y fugaces en la mitología nórdica, reflejando la contradicción entre el mundo cálido de las olas y el frío glacial de los picos.

La larga noche de Skadi es una de las leyendas más tristes, porque en ella se encuentra la tensión eterna entre los elementos, la naturaleza y los dioses. Aunque Skadi nunca abandonó las montañas, su vínculo con el mar y el sol de Njord quedó marcado en su corazón, recordándole que a veces, aunque el invierno sea eterno, el verano es tan solo una promesa distante.

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