
Los pigmentos inorgánicos son significativamente más duraderos que los orgánicos, especialmente en condiciones de exposición a la luz, calor y factores ambientales. Los pigmentos inorgánicos, compuestos principalmente de minerales y óxidos metálicos, destacan por su alta resistencia a la luz ultravioleta, la intemperie y los agentes químicos, lo que los hace ideales para aplicaciones donde la durabilidad es esencial, como pinturas arquitectónicas, automotrices y recubrimientos industriales.
En contraste, los pigmentos orgánicos, aunque ofrecen colores más vivos y brillantes, tienden a ser menos estables frente a la luz y el desgaste. Suelen desvanecerse más rápidamente cuando se exponen al sol o al roce, y en aplicaciones sobre la piel (como la micropigmentación), son absorbidos o degradados con mayor facilidad, resultando en una menor permanencia del color.
Si bien existen pigmentos orgánicos sintéticos avanzados con mejor resistencia (como algunas quinacridonas y ftalocianinas), en general, la durabilidad y la resistencia de los pigmentos inorgánicos siguen siendo superiores para aplicaciones de larga duración.
En resumen:
- Pigmentos inorgánicos: Mayor durabilidad, resistencia a la luz, calor y agentes externos; preferidos para usos donde la estabilidad es prioritaria.
- Pigmentos orgánicos: Más brillantes y vivos, pero menos duraderos y más propensos a la decoloración y degradación con el tiempo.
