
Drakkars y navegación vikinga
Diseño de los drakkars
Los drakkars, emblemáticos barcos de guerra vikingos, destacaban por su forma alargada y estrecha, con una relación longitud/ancho de hasta 7:1. Construidos con tablones de roble superpuestos (técnica de casco trincado), carecían de cuadernas, lo que les otorgaba flexibilidad y ligereza. Su quilla plana y poco calado (menos de 1 metro) permitían navegar en aguas someras, ríos y marismas, facilitando desembarcos rápidos.
Propulsión y velocidad
- Remos y velas: Contaban con hasta 40 remos y una vela cuadrada de lana impregnada en grasa para repeler el agua. La combinación les permitía alcanzar 30 km/h con viento favorable.
- Simetría: Proa y popa idénticas posibilitaban cambios de dirección rápidos sin necesidad de girar la embarcación.
Navegación vikinga
- Orientación natural: Utilizaban el sol, la Estrella Polar (Leiðarstjarna) y la observación de aves migratorias para trazar rutas.
- Brújulas rudimentarias: Empleaban discos de cristal o madera (como la posible «piedra solar») para localizar la posición del sol en días nublados.
- Conocimiento empírico: Los navegantes memorizaban corrientes marinas, formaciones costeras y patrones de viento, transmitidos oralmente entre generaciones.
Función y legado
Los drakkars no solo fueron herramientas de guerra, sino también vehículos para exploración (como el viaje de Leif Erikson a América) y comercio. Su diseño influyó en la arquitectura naval medieval y simboliza hoy la ingeniería innovadora vikinga, capaz de dominar mares desde el Báltico hasta el Mediterráneo.
Ejemplos históricos:
- Ormen Lange: Drakkar de 35 metros del rey Olaf Tryggvason.
- Snekke: Variante más grande, con capacidad para 90 guerreros.
