El verano era una estación de abundancia, donde los cultivos comenzaban a crecer y las comunidades celebraban la generosidad de la tierra. Durante esta estación, los vikingos rendían homenaje a los dioses del sol y la cosecha, como Sol, la diosa del sol, y Frigg, la diosa del hogar y la prosperidad.

Ritual del Solsticio de Verano: Invocación al Sol y a los Espíritus de la Naturaleza

En el solsticio de verano, los vikingos celebraban la fuerza del sol, que alcanzaba su punto más alto en el cielo. Este ritual estaba centrado en la gratitud por la luz y la vida que el sol traía, y en la protección contra las fuerzas oscuras que podrían amenazar la prosperidad.

Instrucciones para el Ritual del Solsticio de Verano:

1. Preparación del espacio: Se realizaba al aire libre, en un claro o en la orilla de un río, donde el sol pudiera ser visto en su plenitud. El fuego era central en este ritual, ya que representaba la energía solar.
2. Ofrendas: Se ofrecían frutas de la temporada, cerveza y miel, símbolos de la abundancia. También se quemaban hierbas sagradas, como romero y salmia, para purificar el aire y atraer buenas energías.
3. Cánticos y danzas: Se realizaban danzas alrededor del fuego, cantando himnos dedicados a Sol y a los espíritus de la naturaleza, pidiendo protección y buena suerte.
4. Oración: Los vikingos invocaban a Frigg para proteger a la familia y los hogares, pidiendo también la bendición del sol para las cosechas que estaban por llegar.

“Oh Sol radiante, cuyo resplandor ilumina el mundo, te agradecemos por tu luz. Oh Frigg, madre protectora, vigila nuestros hogares y nuestra gente. Que el calor del sol nos guíe a través de los días y nos conceda salud y prosperidad.”

«Que el sol os guíe y los dioses os fortalezcan en cada jornada.»

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