


Para limpiar pinceles después de cada sesión, se recomienda este proceso según el tipo de pintura:
- Para pintura al óleo:
- Retira el exceso de pintura con un trapo o papel en la dirección de las cerdas.
- Sumerge el pincel en aguarrás, trementina o white spirit para disolver la pintura. Puedes usar un frasco con esponja empapada para frotar suavemente y reutilizar el disolvente.
- Lava el pincel con jabón neutro o desengrasante en la palma de la mano con agua tibia, frotando hasta que salga espuma blanca sin restos de pintura.
- Enjuaga bien para eliminar todo el jabón, peina las cerdas con los dedos para darles forma y seca con un trapo. Guarda el pincel con las cerdas hacia arriba o en horizontal para evitar deformaciones.
- Para pinturas a base de agua (acrílicos, acuarelas):
- Retira el exceso de pintura con un trapo o papel.
- Limpia con jabón neutro o específico para pinceles y agua tibia, frotando en la palma de la mano o sobre una pastilla de jabón hasta que el agua salga limpia.
- Enjuaga bien y seca con un trapo, peinando las cerdas para mantener su forma.
En ambos casos, es importante no dejar restos de pintura ni jabón para conservar las cerdas suaves y evitar daños. Nunca uses limpiadores agresivos como acetona o productos que puedan dañar las raíces del pincel.
