
Cuando el cielo está nublado y no puedes ver el sol ni las estrellas, la orientación se complica, pero todavía tienes varias técnicas que puedes usar:
- Observa la vegetación: En muchos lugares, el musgo tiende a crecer más abundantemente en el lado norte de los árboles (en el hemisferio norte), porque es la parte más húmeda y con menos sol. Esto no es infalible, pero puede darte una pista general.
- Anillos de árboles y corteza: La corteza suele ser más gruesa y rugosa en el lado norte, y los anillos de crecimiento pueden ser más amplios hacia el sur (donde reciben más sol).
- Hormigueros y nidos: Algunas especies construyen sus nidos en lados más soleados (sur en el hemisferio norte), aunque esto también depende del clima local.
- Viento y clima: En algunas zonas, los vientos predominantes soplan de direcciones conocidas (por ejemplo, los vientos del oeste en muchas áreas templadas). Si sabes cómo es el clima en la región donde estás, eso puede darte una idea.
- Topografía y agua: Los ríos y arroyos suelen seguir patrones geográficos específicos; si tienes un mapa mental de la zona, esto te puede ayudar. Además, en muchas regiones montañosas, la nieve puede derretirse primero en las laderas orientadas al sur.
- Reloj analógico (si sale algo de luz): Aunque esté nublado, a veces se percibe la dirección general del sol por la claridad del cielo. Puedes usar un reloj analógico para orientarte si logras distinguir dónde está el sol (apuntas la manecilla de la hora hacia el sol y la bisectriz entre la manecilla y las 12 marca el sur en el hemisferio norte). Aunque solo lo distingas más o menos, puede valer para situarte.
- Memoria y rastreo: Siempre que avances sin una orientación clara, marca tu camino (con piedras, ramas o marcas visibles) para poder regresar al punto de partida si es necesario o simplemente para saber si estás caminando en círculos.
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