
El día que mi cuchillo me enseñó humildad
Un cuchillo bien afilado es un aliado en el monte. Pero como todo aliado poderoso, puede volverse en tu contra si no lo manejas con respeto. Esta historia es breve, pero la cicatriz me la recuerda cada vez que preparo la mochila.
El contexto: tallar una estaca bajo presión
Estaba montando un refugio improvisado al atardecer. El cielo ya se teñía de naranja y el frío comenzaba a notarse. Corté unas ramas y me puse a afilar una para usarla como clavija de sujeción. Tenía prisa. Tenía hambre. Tenía cansancio. Mala combinación.
Me senté, puse la rama sobre la pierna y comencé a tallar… hacia mí. Sabía que no debía hacerlo. Pero “solo eran dos pasadas”. Dos pasadas bastaron.
El error fue tan básico como evitable
El corte que me hizo parar en seco
El cuchillo resbaló por una veta de la madera y acabó en mi muslo. El corte no fue profundo, pero fue limpio, largo, y sangró más de lo que me gustó ver al anochecer. Respiré hondo, presioné, saqué el botiquín y recé para que no me temblaran los dedos.
Qué aprendí cuando la hoja me alcanzó
La técnica importa más que la prisa
Uno de los errores más comunes al usar cuchillos en la naturaleza es trabajar con el filo orientado hacia uno mismo. En mi caso, el error fue doble: posición incorrecta y falta de atención.
No trabajes con fatiga o estrés
El cansancio embota el juicio. La prisa hace que elijas lo más fácil, no lo más seguro. Una técnica mala bajo presión tiene más probabilidades de acabar mal.
El botiquín no es opcional
Gracias a que llevaba vendas, desinfectante y puntos de aproximación, pude atenderme en el momento. Desde entonces, llevo dos kits: uno de uso rápido y otro más completo
Reglas básicas de seguridad con el cuchillo en bushcraft
- Corta siempre alejando la hoja de tu cuerpo.
- Trabaja sobre una superficie estable, no sobre tu pierna o en el aire.
- Mantén el cuchillo bien afilado: un cuchillo desafilado se engancha más y es más peligroso.
- No uses el cuchillo para tareas que no le corresponden (hacer palanca, abrir latas, etc.).
- Guárdalo bien cuando no lo uses. Una caída con el cuchillo en la mano es accidente seguro.
Señales de que estás por cometer un error con el cuchillo
- “Esto lo hago rápido y ya.”
- “No pasa nada por hacerlo así esta vez.”
- “Total, nunca me he cortado.”
- “Está un poco roma la hoja, pero da igual.”
Cada una de esas frases es una advertencia camuflada.
Conclusión: El cuchillo te acompaña, pero no te perdona
El cuchillo en la naturaleza es una extensión de tu mano. Pero no te conoce, no te protege. Si lo usas mal, te lo hará pagar. Desde entonces, corto con calma, posición firme y toda la atención del mundo. Porque en el monte, la herida más tonta puede convertirse en la más grave.
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