La expedición a Vimland capítulo V
Navegaban costeando, como buenos cobardes con excusa táctica. El drakkar de Olaf el Terrible y Bjonr el Tronchahuesos surcaba las aguas con su vela desplegada, acariciado por los vientos del este. Llevaban una jornada entera sin ver más que focas sospechosamente vigilantes y gaviotas con instinto asesino. Todo muy normal. —Si doblamos ese cabo y no hay enemigos, me como el casco —gruñó Olaf, que siempre estaba hambriento cuando no estaba luchando, y viceversa. Y doblaron el cabo. Allí, en una ensenada resguardada por acantilados y niebla baja, se recortaban las siluetas de dos drakkars. Firmes. Oscuros. Con estandartes que … Continúa leyendo La expedición a Vimland capítulo V
